¿Dónde está nuestra tierra? En el lugar de las palabras, dentro de nuestra lengua

¿Dónde está nuestra tierra? En el lugar de las palabras, dentro de nuestra lengua

Hace casi 600 años que el romanó y el español conviven en el mismo territorio, y de esa convivencia nació el caló como lengua mixta hablada por los gitanos en España. Durante ese tiempo el español ha tomado del caló unos 200 préstamos lingüísticos, la mayoría de los cuales están recogidos en el DRAE.


Precisamente este mes en el que nos hemos vestido de madrileños hemos querido hacer nuestro pequeño homenaje a la lengua caló, de la que el “cheli”, la jerga que se hablaba en Madrid a finales del s.XX, tanto se ha nutrido.


Términos como “pureta”, proceden de puré, que era el término utilizado por los gitanos para referirse a algo que es viejo, anciano. En caló, robar se dice chorar; y al que roba, se le llama chori; y de ahí procede el término “chorizo”, para designar al delincuente.


“Nasti” es en cheli nada: y, en el caló, nasti es imposible y también no. En cheli, cuando algo era muy bueno y satisfactorio por abundante se decía que era “de chachipén”; y en caló a un banquete se le llama un jachipén. Y qué decir de algo que es excelente, de lo cual se dice que es “fetén”.


El caló es, pues, el resultado de un proceso de cambio lingüístico en el que se ha asimilado la fonología y la sintaxis del castellano y se ha mantenido multitud de términos del romanó. Y no solamente se ha influenciado la lengua gitana, el castellano ha adoptado multitud de vocablos del romanó que han pasado al castellano coloquial. El caló, no obstante, ha ido sufriendo un paulatino abandono y, en la actualidad, de seguir así, está condenado a desaparecer.

«¡Isma, foro e os calorrós! / ¿Coín ten dicó e non ten arapela? / sos es orunden on men sentiyí / gañía e chintrí e aroschí.»

«iOh, ciudad de los gitanos! / ¿Quién te vio y no te recuerda? / que te busquen en mi frente, / juego de luna y arena.»

Romancero gitano. Traducción de Ataúlfo Granada

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