¡Feliz San Isidro!

¡Feliz San Isidro!

Cuenta la leyenda que todos los 15 de mayo se encaminaba la Tía Javiera cargada con las mejores rosquillas de todo Madrid a montar su tenderete en la Pradera.


Unos decían que si venía de Fuenlabrada; otros, que si de Villarejo de Salvanés, pero lo cierto es que los madrileños, ataviados con sus trajes de chulapos y chulapas, esperaban con entusiasmo el momento de su llegada, que anunciaba la inminente cata de la rosquilla: las había tontas, las más simples; las había listas, cubiertas de glaseado; pero también de Santa Clara, bañadas en merengue; y las había francesas, las más finas, bañadas en almendra y azúcar glas por orden de Bárbara de Braganza, que encontraba todas las anteriores demasiado simples, e hizo llamar a un repostero de la corte para innovar en la receta.


La Tía Javiera y sus rosquillas fueron ganando fama, tanto así que le salieron muchos imitadores que, a sabiendas de que ella no tenía descendencia, querían quedarse con el emporio de la rosquilla cuando ella faltara, y no tardaron en salirle “parientes” cuando ese momento llegó. De ahí que un sainete de la época rezara:

«Pronto no habrá ¡cachipé!

en Madrid, duque ni hortera

con la que la Tía Javiera

emparentado no esté.»

En Aware no nos gusta saltarnos un San Isidro, y nos hemos “ataviao”, como siempre, para la ocasión. Este año, aunque todavía no podamos disfrutar de la Pradera, no dejaremos pasar el que caiga alguna rosquilla de la Tía Javiera.

¡Os deseamos un buen San Isidro!

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