Hay profesores que contagian alegría, calma y ganas de aprender. Mario es uno de ellos. Su energía positiva y su sonrisa constante hacen que aprender con él sea una experiencia cercana y divertida.

Le apasiona el voley, no solo por el deporte, sino por todo lo que simboliza: compañerismo, comunicación y juego en equipo. También disfruta del anime y los videojuegos, mundos donde la imaginación y las historias se mezclan con emociones y valores. Cuando busca calma, elige el senderismo o un picnic en la naturaleza, donde el silencio y la soledad se convierten en aliados para recargar energía.

Mario es risueño, hablador y optimista, pero también organizado y exigente: valora el equilibrio entre la flexibilidad y la responsabilidad. En sus clases, el humor tiene un papel importante (porque aprender también puede ser disfrutar), aunque no deja de ser riguroso con las tareas y con el compromiso de cada estudiante.

Mario evita los ambientes donde falta la escucha o sobra el ruido, y prefiere las conversaciones sinceras a los discursos vacíos. No le van ni el egoísmo ni el fútbol, ni los sabores picantes… aunque se declara amante de lo dulce y lo ácido.

Con Mario, aprender español es hacerlo desde la alegría y la conexión, combinando el rigor con la ligereza y el disfrute del proceso.